Sexta Palabra:
"TODO ESTÁ CUMPLIDO" (Jn 19,30) Está cumplido.
Sí, Señor, es el fin. El fin de tu vida, de tu honor, de las esperanzas
humanas, de tu lucha y de tus fatigas. Todo ha pasado y es el fin. Todo se
vacía y tu vida va desapareciendo. Desaparición e impotencia.... Pero el final
es el cumplimiento, porque acabar con fidelidad y con amor es la apoteosis. Tu
declinar es tu victoria.
¡Oh Señor!, ¿cuándo
entenderé esta ley de tu vida y de la mía? La ley que hace de la muerte, vida;
de la negación de sí mismo, conquista; de la pobreza, riqueza; del dolor,
gracia; del final, plenitud.
Sí, llevaste todo a
plenitud. Se había cumplido la misión que el Padre te encomendara. El cáliz que
no debía pasar había sido apurado. La muerte, aquella espantosa muerte, había
sido sufrida. La salvación del mundo está aquí. La muerte ha sido vencida. El
pecado, arrasado. El dominio de los poderes de las tinieblas es impotente. La
puerta de la vida se ha abierto de par en par. La libertad de los hijos de Dios
ha sido conquistada. ¡Ahora puede soplar el viento impetuoso de la gracia! El
mundo en la oscuridad comienza, lentamente, a arrebolarse con el alba de tu
amor.
Tú que perfeccionas el
universo, perfeccióname en tu Espíritu, ¡oh Verbo del Padre, que cumpliste todo
en la carne y con el martirio! ¿Podré decir en la tarde de mi vida: "Todo
está cumplido, he llevado a su término la misión que me encomendaste"? ¡Oh
Jesús, sea cual sea mi misión que me haya encomendado el Padre -grande o
pequeña, dulce o amarga, en la vida o en la muerte-, concédeme cumplirla como
Tú cumpliste todo! Permíteme llevar a plenitud mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario