Has de ser una brasa encendida, que lleve fuego a todas partes. Y, donde el ambiente sea incapaz de arder, has de aumentar su temperatura espiritual. –Si no, estás perdiendo el tiempo miserablemente, y haciéndolo perder a quienes te rodean. (Surco, 194) "Todo es nada, y menos que nada, lo que se acaba y no contenta a Dios" (Sta. Teresa de Jesús, Libro de la vida, 20, 26.). ¿Comprendéis por qué un alma deja de saborear la paz y la serenidad cuando se aleja de su fin, cuando se olvida de que Dios la ha creado para la santidad? Esforzaos para no perder nunca este punto de mira sobrenatural, tampoco a la hora de la distracción o del descanso, tan necesarios en la vida de cada uno como el trabajo. (Amigos de Dios, 10) |
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